Las comparaciones siempre son odiosas. Pero no podemos imaginarnos el odio que debió sentir ese medio millón de personas que tuvo que huir de una muerte segura en 1939. No les recibió…
Las comparaciones siempre son odiosas. Pero no podemos imaginarnos el odio que debió sentir ese medio millón de personas que tuvo que huir de una muerte segura en 1939. No les recibió…