Partido del Trabajo de Austria: «La situación política actual es resultado de una profunda desconfianza de gran parte de la población hacia los partidos burgueses establecidos»

Nuevo Rumbo: Nos consta que, tras las elecciones de septiembre, la situación política en Austria se encuentra en un punto interesante, con un canciller provisional hasta que se forme un acuerdo de Gobierno. ¿Qué nos podéis explicar de la situación política actual en Austria?

Partido del Trabajo: La situación política actual es el resultado de una profunda desconfianza de una gran parte de la población hacia los partidos burgueses establecidos. Los dos partidos grandes que anteriormente se autodenominaban populares –los conservadores del ÖVP y los socialdemócratas del SPÖ– han ido perdiendo terreno durante años. Por ejemplo, las últimas elecciones parlamentarias ganadas por el SPÖ fueron en 2013 con un 26,8 %, mientras que el ÖVP dio la sorpresa en 2019 al ganar con un 37,5 %. Hasta la década de 1980, ninguno de los dos partidos había conseguido un resultado electoral por debajo del 40 % y pudieron lograr incluso mayorías absolutas en algunos momentos.

NR: Al final parece ser que el próximo Gobierno lo dirigirá el partido FPÖ, que no solo fue fundado por antiguos oficiales nazis, sino que se ha visto implicado en escándalos de corrupción. ¿A qué se debe que hayan ganado las elecciones a pesar de estos antecedentes?

PdA: La victoria electoral del FPÖ es el producto de una política populista inteligente por parte del FPÖ, que se ha diferenciado abruptamente de los demás partidos burgueses en casi todas las cuestiones. Por ejemplo, el partido entró a la campaña electoral europea con un cartel cuyo título era «Parar la locura de la UE», acompañado de las consignas «Crisis de asilo», «Belicismo», «Ecocomunismo» y «Caos del corona», y de un dibujo de Zelenski y von der Leyen besándose. Los demás partidos burgueses han jugado durante la campaña electoral a este juego de escenificar al FPÖ como la única oposición al descartar la cooperación con ellos sin importar los costes. Los medios también dieron la impresión, con sus informes, de que el FPÖ rompería con las políticas anteriores, aunque eso nunca se ha correspondido con la realidad.

NR: En medio de este auge reaccionario, el discurso antiinmigración en particular, así como el discurso de odio hacia otros colectivos, se ha visto recrudecido. ¿Ha habido una contestación social a estos discursos dentro del movimiento obrero austríaco?

PdA: La verdad es que las posiciones racistas no son poco comunes, especialmente en aquellos sectores de la clase obrera donde la socialdemocracia solía tener fuerza. Las manifestaciones antirracistas están hoy apoyadas principalmente por sectores de la intelectualidad liberal, motivo por el cual no hay conexión entre esta cuestión y las políticas exteriores de Austria y de la UE. Para estos sectores, el racismo es una cuestión netamente moral. Hoy, es bastante común que los trabajadores y los empleados del sindicato que pertenecen a la facción socialdemócrata voten al FPÖ en las elecciones.

NR: Hablemos de política internacional. Se sabe que el FPÖ mantiene una simpatía por otros políticos reaccionarios europeos, como Orbán (Hungría) y Putin (Rusia). A ello se le suma la posición de Austria, más cercana económicamente al este de Europa que el resto de la UE. ¿Consideráis que habrá cambios significativos, o incluso alguna alianza de países de la zona, que cuestione la situación de la Unión Europea?

PdA: Hasta el día de hoy, nosotros no asumimos que el FPÖ vaya a cambiar de manera relevante nada de la política austríaca. El FPÖ se ha posicionado como lo ha hecho principalmente por razones electorales, pero ni pone en cuestión la UE ni tiene en la realidad relaciones con Rusia. Probablemente, el tratado de amistad firmado en 2016 con el partido de Putin, Rusia Unida, tuviera una naturaleza simbólica. Es mucho más probable que el FPÖ se desarrolle en el Gobierno de una forma similar al de Meloni en Italia. La guerra económica de la UE contra Rusia también ha provocado un daño duradero a las relaciones comerciales con Rusia. Y, por último, pero no por ello menos importante, uno de los principales jugadores, la OMV, abandonó el comercio gasístico con Rusia

NR: Una última pregunta, entonces. ¿Qué perspectivas de trabajo se abren ahora para el PdA entre la clase obrera austríaca?

PdA: La tarea del PdA es, por un lado, fortalecer y apoyar la resistencia de la clase obrera contra los ataques a los derechos sociales y políticos de la clase obrera y las capas populares que seguro llegarán. Por otro lado, sin embargo, también debe dejar totalmente claro que la oposición liberal burguesa es exactamente igual de antipopular y que no ofrece ninguna alternativa. Se está evidenciando ya que las pensiones, la seguridad social y la sanidad o el subsidio de desempleo son blanco de ataque. Pero también estarían siendo atacadas en una coalición liberal del SPÖ, el ÖVP y el partido NEOS. La agitación del PdA se centra en la autoorganización de la clase obrera, ya que al final somos la única fuerza que se puede oponer a las políticas racistas de la UE y Austria y a la propaganda racista desde una posición de clase; una posición que destaca los intereses comunes de los trabajadores y empleados, de las mujeres y hombres, de nativos y extranjeros contra el capital y sus Gobiernos.

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