Bordar el cielo del mañana: 40 aniversario de los CJC

Este 13 de enero se cumplen exactamente 40 años de que, en el primer aniversario del Congreso de Unidad de los Comunistas, se decidiese por parte del Partido Comunista crear la Comisión Estatal de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (Dirección provisional). Hoy, los CJC celebran esta histórica fecha organizando el Festival de la Juventud el próximo 25 de enero, un encuentro hecho por y para jóvenes en el que se podrá encontrar no solo un espacio para la reflexión política, sino un espacio de ocio que va más allá de las lógicas del consumismo capitalista que marca el divertimento de los jóvenes en cualquier otro espacio.

Es esperanzador y a la vez importante ver cómo en la actualidad, cuando la resignación está instalada entre la juventud, se crean espacios en los que se pueden dar abiertamente debates de superación del actual modelo de producción. Ante una ausencia de alternativa a la explotación y asfixia a la que la juventud trabajadora se ve abocada día a día, estos espacios pueden suponer un respiro para los cientos de jóvenes que desde todo el estado nos acercaremos esos días a Madrid, un paréntesis en nuestras vidas de explotación. Sin embargo, no será un paréntesis estanco, sino que nos servirá para tomar fuerzas de cara a continuar nuestra lucha en cada centro de estudios y de trabajo.

No es la primera vez que los comunistas, los CJC o las organizaciones del campo obrero y popular participan u organizan un evento de este estilo. El hilo rojo de la historia nos trasmite las enseñanzas de las primeras fiestas del PCE en los años setenta, que lograron reunir a cientos de miles de trabajadores, las fiestas de Nuevo Rumbo o la Festa de Revolució: ejemplos en los que mirarse para ver cómo el ocio también es un campo en el que se puede dar la batalla, siendo una herramienta mediante la cual los jóvenes revolucionarios podemos difundir nuestro pensamiento.

Con la celebración de este festival se demuestra una vez más que este hilo rojo de la historia no es mera nostalgia por grandes eventos de masas del pasado, sino que en el presente los CJC continúan con una tradición de lucha que viene de lejos, tomando como ejemplos estas grandes fiestas y también otros eventos como pudieron ser las verbenas que históricamente se organizaban tras las manifestaciones del primero de mayo por parte de los trabajadores. Este festival es un ejemplo del proceso que los CJC están realizando para recuperar las mejores tradiciones de las organizaciones obreras, un proceso que se puede ver en la celebración de los campamentos, que desde 2014 se celebran anualmente, en la recuperación de la revista Juventud! o de la Banda de la Juventud, que ya cuenta con varias canciones publicadas.

Esta celebración no será una reunión de jóvenes grises y dispuestos a soltar proclamas vacías desde un púlpito frente a unos pocos parroquianos; el Festival de la Juventud constituirá un evento en el que los jóvenes revolucionarios de todo el Estado podremos encontrarnos y compartir un día de debate y ocio distendido, abierto a que cualquiera que crea que un futuro diferente es posible encuentre un espacio de expresión y acción militante para lograr construir dicho futuro. Y es que militancia en los CJC, en tanto que revolucionaria, es justamente eso: una bocanada de aire en un sistema que cada día nos asfixia, un futuro que se lucha en el ahora de superación del estado actual de las cosas.

El Festival no será únicamente un espacio de debate, sino que habrá diferentes actos políticos, mítines o, entre otras cosas, la oportunidad de conocer a camaradas no solo de todo el Estado, sino que en el espacio internacional se encontrarán militantes de organizaciones hermanas de otros lugares del mundo, que en un ejercicio de internacionalismo podrán compartir con todo el que se acerque sus luchas y vivencias militantes. La jornada tendrá su final con una serie de conciertos a cargo de diferentes músicos y grupos referentes de nuestro país, un espacio con ambiente de camaradería y en el que se podrá estar distendidamente con amigos y compañeros de todo el Estado.

Una cuestión que muchas veces pasa desapercibida cuando acudimos desde fuera a uno de estos eventos es la gran cantidad de trabajo militante que se dedicará a la organización, no solamente durante el evento, sino con anterioridad: meses en los que toda la organización ha estado volcada en su preparación y éxito. Y reflexionar sobre esto nos lleva a hablar de un modelo militante alejado de las tendencias contemporáneas, manchadas de mero activismo individualista. Un militante junto a sus camaradas es capaz de llevar al éxito cualquier objetivo que una organización se proponga: y eso es algo que hará grande al Festival de la Juventud, construido por cientos de manos desinteresadas que buscan un futuro libre de explotación para su clase.

Actos de este estilo pueden parecer vacíos de contenido o solo estar enfocados a las finanzas de una organización. Sin embargo, un elemento que me parece también político es la inyección de moral para todos los jóvenes –militantes o no– que acudamos. No recuerdo un acto parecido a este. Creo que puedo hablar por un gran número de camaradas si afirmo que en eventos así, a la vuelta a mi territorio, sentimos un calor en el estómago al saber que, al igual que uno, otros cientos de militantes en sus territorios continuarán con la lucha y con la construcción de este proyecto revolucionario. Esta experiencia y este sentimiento son algo que recomiendo a cualquier joven que sienta que está todo perdido, que nuestras vidas están condenadas a la rueda de la producción, pues supondrá un antes y un después el saber que todavía queda esperanza en la construcción de un futuro diferente y que, además, está en nuestra mano construir la organización que pueda conseguirlo.

Para concluir, me gustaría recordar de nuevo a todos los y las militantes comunistas que pusieron sus manos en el pasado para construir no solamente eventos de este estilo, sino organizaciones obreras que lucharon por el mismo objetivo por el que los CJC lo hacemos ahora; con esa responsabilidad y enseñanzas en mente construiremos no solamente el Festival de la Juventud, sino la misma revolución. ¡Nos vemos en el Festival de la Juventud!

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