Durante 135 días, los trabajadores de Acerinox en Los Barrios, Cádiz, han demostrado lo que significa la lucha obrera. Desde el 5 de febrero se mantuvieron firmes, enfrentándose no solo a la intransigencia patronal, sino también a la presión de un sistema socioeconómico que intenta borrar del imaginario colectivo que son las manos obreras las que sostienen la producción capitalista.
A pesar de las amenazas y las dificultades, los trabajadores defendieron sus derechos y la dignidad de sus condiciones laborales. El resultado fue claro: la empresa, que alegaba unas pérdidas de 31 millones de euros en el primer trimestre del año, tuvo que ceder y firmar un nuevo convenio colectivo que respeta las demandas de los trabajadores.
Este heroico episodio de resistencia obrera en tiempos de adversidad nos recuerda que la riqueza no la producen los directivos ni los accionistas, sino los trabajadores. Sin ellos, la maquinaria se detiene, y las cifras en rojo de Acerinox son prueba de ello. Hoy, esos 135 días se convierten en un símbolo de lucha y resistencia, un llamado a seguir adelante en la defensa de los derechos laborales y un ejemplo para todos aquellos que creen que un futuro más justo es posible.