Crisis tras crisis del capitalismo vemos cómo los servicios públicos son deteriorados bien directamente por recortes presupuestarios o empeorando las condiciones laborales de sus trabajadores, que produce un empeoramiento de la gestión pública, lo que sirve de base para desprestigiar los servicios públicos y fomentar los del mercado privado.
Hemos visto cómo en todos los servicios públicos el sector privado ha entrado con concesiones e incluso ayudas por parte de todos los gobiernos, el ejemplo más claro es la educación concertada o el transporte. También comprobamos cómo en diferentes sectores, justicia, SEPE o sanidad, hemos tenido luchas de los trabajadores por mejorar sus condiciones laborales, ya sea contra gobiernos autonómicos o estatales.
Los comunistas defendemos los servicios públicos, no por defender el Estado del Bienestar o como una compensación para garantizar la paz social, los defendemos como un avance para conseguir que las necesidades socialmente necesarias sean cubiertas. Por eso vemos necesario ampliar los servicios públicos para cubrir más necesidades como comedores, lavanderías, electricidad, telefonía y garantizar la conexión digital.
Luchamos contra su privatización pues sabemos que el capital necesita nuevos mercados y ¿qué mejor negocio que cobrar por cubrir necesidades básicas de la población? Luchamos contra sus recortes porque garantizar los servicios públicos mediante los presupuestos e impuestos hace que la burguesía pague parte de esos servicios necesarios para la clase obrera.
Pero no nos conformamos con un aumento presupuestario, no nos conformamos con mejorar el Estado del Bienestar lo que nos dejen. Con sus reglas de juego los servicios públicos nunca cubrirán todas las necesidades sociales y seguirán guiados por la lógica del beneficio económico, es decir, seguirán funcionando como hasta ahora: servicios pagados entre todos pero que apenas llegan a cubrir las necesidades de algunos.