El día 13 de noviembre fue un día de movilización en Madrid. En una gran manifestación convocada por asociaciones vecinales, detrás del lema “Madrid se levanta por la sanidad pública”, entre 200.000 y 670.000 personas salieron a la calle a defender la sanidad pública y a ejercer de resorte político contra Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad de Madrid. Unos tienen la fama y otros cardan la lana.
Podemos decir que en la Comunidad de Madrid se está produciendo una privatización del sistema público de sanidad, algo que bajo todos los enfoques es evidente. Sin embargo, también es necesario decir que algunos están intentando construir un relato en el cual la privatización del sistema público de salud solo tiene que ver con Isabel Díaz Ayuso y sólo se está produciendo en la Comunidad de Madrid. Y eso, amigos, no es lo que está sucediendo.
Según un estudio realizado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, las cuatro comunidades con mayor grado de privatización son Madrid, seguido de Catalunya, Baleares y Canarias. Madrid es gobernado por el PP apoyado por VOX, Catalunya por ERC, Baleares por el PSOE y Podemos, mientras que Canarias es gobernado por el PSOE también. Como vemos, no es cuestión de apellidos, es algo más cercano a la estrategia de los monopolios españoles con el sistema de salud público, del que quieren sacar unos muy elevados beneficios a costa de la concertación.
La privatización de la sanidad pública en España es parte de un proceso común, en el que están participando todas las fuerzas políticas relevantes presentes en el parlamento español. Un proceso que se está produciendo a nivel europeo y que es parte de la segunda fase de esos mismos sistemas de salud públicos. La fase del desmantelamiento y la irrupción de las grandes empresas españolas del sector sanitario y de la construcción, en la gestión de ciertos servicios.
Madrid salió a la calle el día 13 de noviembre, de la mano de asociaciones vecinales que rechazan la gestión de Isabel Díaz Ayuso y abogan por políticas autonómicas que posibiliten una mayor inversión en Atención Primaria, porque la clase obrera madrileña si sabe lo que quiere. Quiere sanidad pública, universal y gratuita para las familias obreras. Entre otras cosas porque la gente sí sabe lo que significa la concertación y los seguros sanitarios. Y no solo para Madrid. Es una reivindicación que nos une a toda la clase obrera española en torno a un mismo lema. Incluso si esa manifestación se utiliza como ariete político entre fuerzas que están de acuerdo en lo fundamental, que es la concertación de la sanidad. Ahora bien, cuando hablamos del caso concreto de Madrid ¿que significa esto de la concertación?
El proceso que empezó con Esperanza Aguirre y siguió con Javier Fernández-Lasquetti en Madrid y que se sigue profundizando, tiene elementos comunes en todas las comunidades autónomas de España. La privatización de los servicios sanitarios se realiza mediante concesiones a constructoras privadas para los nuevos hospitales, como ha sido el caso de los hospitales para la periferia de Madrid, el Puerta de Hierro o los de las infantas, el Infanta Sofía y el Infanta Leonor. O también mediante la contratación o concierto de parte del personal sanitario a través de Quirón Salud, por ejemplo. Todo el resto, el mantenimiento, la hostelería, la cocina, limpieza o seguridad, ya es algo a cargo de empresas privadas. Porque si hablamos de sanidad pública, la realidad es que hablamos de cada vez menos personal sanitario público y cada vez más concertación.
El objetivo no es ir a un modelo similar al existente en Estados Unidos, sino seguir dando concesiones, en lo que se viene denominando la colaboración publico privada, en la cual las empresas privadas cobran por una serie de servicios que realizan con personal propio, devaluando la calidad del propio servicio público y de las condiciones laborales de los trabajadores que trabajan en el sistema público de salud.
En estos momentos podemos decir que lo que se está viendo más atacado es la atención primaria mediante el cierre de centros de salud por la tarde, planteamientos de reducir el número de médicos por centro de salud, no cubrir bajas, no cubrir jubilaciones, etc. Con esto el objetivo es empeorar la calidad del servicio y forzar a que la clase obrera se haga seguros privados. Lo que en estrategia de marketing denominada «Win-Win» es un escenario que en el cual todas las partes salgan beneficiadas, siendo todas las partes, todas las grandes empresas sanitarias como Quirón salud. Ganan con la concertación, ganan con los seguros públicos si el servicio público no oferta la suficiente calidad.
Madrid marca un camino, el de la privatización. Un camino doloroso para la clase obrera española. Las concertaciones serán el modelo que se seguirá en los próximos años. De mientras, la esperanza de vida de la clase obrera, su salud y su calidad de vida se verá mermada por este tipo de políticas. Pero Madrid también marca otro camino que es importante tener en cuenta. El camino de la organización, de la respuesta y de la dignidad obrera. Un camino que puede ser recorrido con compromiso y teniendo claro qué es lo que nos estamos jugando. Quieren convertir la atención pública en atención a crónicos y urgencias. Y todo lo demás financiado a costa de los presupuestos generales de cada comunidad mientras la clase obrera se desangra en sus puestos de trabajo sin una atención adecuada para los obreros y sus familias. No deberíamos de dejar que esto suceda.