El presente curso educativo en Andalucía ha arrancado con movilizaciones contra el recorte de plantilla. A la reivindicación de la reducción de ratio, se ha sumado la reclamación del personal necesario de administración y servicios como limpieza, conserjería, ordenanzas, monitores de comedor escolar… Ello demuestra que el proceso educativo no es unifactorial, sino que en él se ve implicado el conjunto de la comunidad educativa.
En el proceso de matriculación, la labor de las administrativas es fundamental para ayudar y asesorar en la cumplimentación de los trámites necesarios, implicándose de forma directa en la educación y contacto con las familias. En el centro, conserjes y ordenanzas cumplen un papel educativo directo en el trato y relación con alumnado y familiares. La labor de las limpiadoras es esencial para el desarrollo de las clases y para la transmisión de valores como respeto y cuidado del espacio. En los comedores, la ocupación de monitoras instruye a nuestros niños en normas y hábitos de educación saludables. Las familias y vecindario son agentes de primer orden para determinar el desarrollo del estudiante. Más allá de divisiones artificiales (hechas para dividir a los trabajadores con distintas normativas y órganos de representación sindical), el conjunto de trabajadores de la educación, familias y vecinos se ven implicados de forma directa en la educación del estudiantado.
Por estos motivos, comunidades educativas de numerosos centros públicos de Andalucía han comenzado a reclamar la cobertura las plantillas del personal de administración y servicios que están vacías desde hace años. Algunos centros, como el IES Vicente Núñez en Aguilar de la Frontera llevan sin administrativo desde 2019, teniendo que “compartir” la administrativa con el CEIP Carmen Romero, lo que provoca cargar a la trabajadora de sobresfuerzo y estrés. Igual ocurre con el IES Miguel Crespo en Fernán Núñez, que solo tiene administrativa 3 días a la semana.
Otros centros, como el IES Nuevo en Marbella, sin administrativo ni conserje, tienen que dar clase en barracones de chapas, esperando ya más de 4 años la construcción del instituto. El IES San Isidoro en Sevilla también arrancó este curso con protestas al contar solo con un ordenanza, pese a que le corresponden cinco. El IES Averroes en Córdoba, reclamando la cobertura de una administrativa desplazada y dos puestos de ordenanza sin cubrir, emprendió un ciclo de movilizaciones con varias concentraciones en su puerta y en Delegación de Educación. Además, realizaron un encierro y una huelga laboral y estudiantil donde se situó en primera línea el AMPA, que contó con el apoyo de organizaciones vecinales y sindicatos, con una potente manifestación que recorrió las calles del obrero Sector Sur en Córdoba.
Los efectos de esta falta de personal suponen la sobrecarga de trabajo de las plantillas, con los problemas diarios que produce trabajar al borde del colapso. Se calcula que cerca de 1300 puestos de un total de 11422 se encuentran sin cubrir. Lo normal es que la Relación de Puestos de Trabajo se incumpla sistemáticamente por parte del gobierno de la Junta de Andalucía. En su lugar, se producen traslados forzosos de personal en sus centros de destino, se dejan huecos o se hacen apaños precarios, como las contrataciones temporales de administrativos que se producirán hasta mediados de julio para puestos estructurales.
A lo anterior, hay que sumarle la privatización de los puestos públicos y su sustitución por empresas privadas, lo que empeora el servicio, desvía dinero público a grandes empresas y empeora las condiciones laborales de los trabajadores contratados. Es el caso de puestos como el de personal técnico de integración social (PTIS) o el de monitores de comedor. En el caso de estos últimos, el cierre de las cocinas públicas de colegios y su sustitución por empresas privadas de catering empeora la nutrición de los niños de las familias obreras, a la vez que se contrata a monitoras escolares en situación precaria y cobrando bajos salarios. Por este motivo, las monitoras del CEIP Santuario en Córdoba se han manifestado este 29 de noviembre apoyadas por personal de cocina y más trabajadores del centro.
En las escuelas infantiles y colegios, es una constante la falta de porteros y su sustitución por guardias de seguridad de empresas privadas. En muchas ocasiones, como en Córdoba la Escuela de Educación Infantil Cruz de Juárez, el CEIP Algafequi y el IES Tablero, no cuentan con portero alguno y son los propios docentes los que tienen que ir a abrir la puerta, interrumpiendo el normal desarrollo de las clases.
Por estos motivos, el pasado 29 de noviembre fueron numerosos los centros los que organizaron, de forma coordinada, una acción de protesta en los centros públicos en los que falta de personal. Algunas de las comunidades educativas que se plantaron ante esta situación fueron las del IES Vicente Núñez y CEIP Carmen Romero en Aguilar. En Córdoba, el IES Averroes, IES Tablero, IES Gran Capitán, CEIP Algafequi, CEIP Santuario y EI Parque Fidiana y la Cruz de Juárez. El IES Miguel Crespo en Fernán Núñez. En Marbella, el IES Nuevo y en Granada el IES Albaycin. Otras comunidades, como la del IES Gran Capitán en Córdoba, se manifestaron en solidaridad con el resto de los centros afectados. El Frente de Estudiantes jugó un papel fundamental al movilizar a muchos estudiantes que salieron a reclamar mejoras en sus centros, como los del IES Albaycin en Granada, sin profesor de dibujo técnico desde principios de curso, pese a ser una materia necesaria para muchos estudiantes. Otros centros también reclamaron la contratación de profesorado de informática y la contratación de intérpretes para alumnado con necesidades especiales, como es el caso del IES Tablero.
La coordinación de estas concentraciones en un mismo día, promovidas por AMPA, trabajadores y Frente de Estudiantes, más allá del simbolismo, demuestra la posibilidad de abrir un bloque común que luche por una educación pública y de calidad en Andalucía. Por ello, se escuchó en las concentraciones que los centros unidos jamás serán vencidos. Es hora de ponerse a la tarea.