Hola, César, gracias por tu tiempo. Cuéntanos: ¿a qué se dedica la planta de Schneider en Griñón?
Fabricamos celdas de media tensión y soluciones digitales para la distribución eléctrica para todo tipo de sectores y obra pública como aeropuertos, transporte ferroviario, puertos navales, hospitales, centros de datos y un largo etc. También para obra privada, soluciones para las energías renovables como son la solar o la eólica, electrolineras y almacenamiento de energía eléctrica en centros de baterías, gestión eléctrica y seguridad de edificios, solo por poner algunos ejemplos de lo que hacemos en Schneider Griñón.
¿Cuáles son los motivos del conflicto que tenéis actualmente abierto?
Desde el año 2019 la compañía viene realizando ajustes de plantilla con la excusa de la mala situación económica y de carga de trabajo de nuestro centro. Primero por medio de planes de bajas incentivadas voluntarias y planes de prejubilaciones. Después, en el primer trimestre del 2021, directamente con despidos, que contestamos con movilizaciones y huelgas en nuestra planta. Pues bien, después de recuperar carga de trabajo más que suficiente para todo el año 2022 y parte del 2023 y con las cuentas de la empresa en positivo, ahora se nos comunica que se deslocaliza nuestra producción de SM6 a Italia y el despido de 87 trabajadores. Ante esta situación hemos convocado diversas jornadas de huelgas y movilizaciones en defensa de nuestro empleo.
¿Por qué crees que la compañía pretende deslocalizar la producción?
Desde el principio hemos denunciado que detrás de esta decisión lo único que hay es el cierre definitivo, más pronto que tarde, de Schneider Griñón, ya que solamente esta producción supone el 50% de nuestro trabajo. La propia empresa reconoce que no tiene ninguna justificación económica, ni técnica ni organizativa y que el motivo es una decisión estratégica de la compañía. Lo que se pretende es descapitalizar gradualmente nuestro centro y quitarle capacidad industrial para así justificar el cierre. Esto que cuento no es algo nuevo, es la hoja de ruta que desde hace años sigue la compañía para cerrar otros centros de trabajo, como ya lo han hecho en otros países en los que Schneider tiene presencia. En último término lo que se quiere implementar es un cambio de modelo en el que se subcontratará la mayor parte de la producción, quitándose mano de obra directa con el cierre de sus plantas productivas.
¿Cuáles serían las consecuencias del cierre de la planta en la comarca?
Pues una auténtica catástrofe para la comarca sur de Madrid. Solamente de nuestra planta dependen una veintena de empresas que suman más de 400 trabajadores. Nosotros ya somos 181 trabajadores y trabajadoras. Lo que tenemos claro es que nuestra lucha no es solo por nuestro futuro, sino por el de la industria en una zona de la región castigada por una profunda desindustrialización.
¿Cómo está siendo la respuesta de la plantilla?
Está siendo ejemplar y con un fuerte compromiso en defensa de su empleo. Las movilizaciones están siendo secundadas mayoritariamente por la plantilla y estamos decididos a llegar hasta donde haga falta.
¿Cuáles son las siguientes movilizaciones que tenéis previstas?
Llevamos ya dos jornadas de huelga de 24 horas y una de media jornada. Nos hemos concentrado frente a la Embajada Francesa (Schneider Electric es una multinacional de capital francés) para denunciar la actitud de la compañía ante el embajador y frente al Ministerio de Industria y Comercio. El día 10 de marzo nos reunimos con la dirección de Schneider Ibérica, y si no se revierte esta situación seguiremos convocando jornadas de huelga y movilizaciones allí donde haga falta hasta que se garantice el futuro de nuestra planta.
¿Estáis contando con apoyo de otros trabajadores?
Sí, hemos recibido un gran apoyo de las secciones sindicales de CC.OO de John Deere Getafe, Corrugados Getafe, Peugeot Madrid, Telefónica Madrid y un largo etcétera de compañeros y compañeras, así como de algunas organizaciones políticas y colectivos como el de los pensionistas.
¿Quieres comentar algo más?
Solo incidir en que la solidaridad de la clase trabajadora es imprescindible si queremos vencer en nuestras luchas en defensa de nuestros derechos e intereses. No hay otro camino.