El precio de la luz vuelve a batir récord. El coste de la cesta de la compra crece mes a mes sin parar. Suben de manera incontenible los precios de la gasolina y el gasoil. Y a la clase obrera cada día le cuesta más cubrir sus necesidades básicas. Y a esto le debemos sumar la prórroga de los ERTE, que solo trae miseria a los trabajadores y trabajadoras, o el debate, intencionado, de la jubilación a los 75 años. Mientras nosotros luchamos por una sociedad en la que la jubilación se adelante de manera progresiva, los afines a la patronal quieren que trabajemos cada vez más años.
Entretanto, desde el Gobierno, como orgullosos gestores del capital, se pavonean por subir 15€ el salario mínimo interprofesional. ¡15 euros! Cuando llenar el depósito del coche con el que vas a trabajar cuesta 14€ más que hace un año. Cuando cada uno de nosotros pagamos 90€ más de luz. Cuando desembolsamos un 20% más de dinero por el aceite con el que cocinamos.
Y todavía pretenden hacernos creer que se preocupan por nosotros, que este Gobierno títere de los intereses capitalistas está preocupado por las condiciones de vida de la mayoría, de la clase trabajadora. Siguen sin derogar la reforma laboral del PP. Pero tampoco la del PSOE. Siguen socializando las pérdidas empresariales. Se siguen creyendo indestructibles. Y están orgullosos, porque todavía hay quienes les aplauden.
Cualquier reforma que se haga dentro de este sistema, por mucho que lo vistan de avances para la mayoría trabajadora, no va a ser más que migajas. O lo que viene a ser pan para hoy y hambre para mañana. Ya dijo Marx que el obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
Es por esto por lo que nuestra organización como clase se torna fundamental. Y movilizarnos contra el tarifazo y la subida de precios se vuelve imprescindible. Es necesario pasar al contraataque, responder con un solo puño a las agresiones que nos están dirigiendo a la clase trabajadora, porque ante este gobierno útil a los intereses de los de siempre, aquellos que viven a nuestra costa, nosotros contamos con nuestra fuerza organizativa.
Durante la primera quincena de octubre hemos convocado asambleas populares para organizarnos, para estructurar una gran protesta contra la carestía de la vida, contra el tarifazo, contra la subida de los precios, contra el Gobierno de la patronal.
Que nuestra organización, que nuestra movilización, sea un punto de inflexión en el que este otoño, los trabajadores y trabajadoras pasemos al contraataque en defensa de unas condiciones de vida y trabajo dignas, en defensa de nuestros derechos, esos que nadie nos regaló nunca.