El próximo Congreso del Partido que se celebrará en noviembre de 2021 abordará el análisis por el conjunto de la militancia del Partido y los CJC de los cien años de historia del comunismo en España.
El triunfo de la revolución socialista en Rusia en 1917 tiene un gran impacto mundial, lo que genera consecuencias en España que se traducen en una intensa polémica dentro del Partido Socialista Obrero Español entre los partidarios de la vía revolucionaria de la III Internacional y las posiciones reformistas. A lo largo de 1920 se fundaron dos partidos comunistas en España, hasta que en noviembre de 1921 se fusionaran en el Partido Comunista de España perteneciente a la Sección Española de la Internacional Comunista.
Con la proclamación de la II República en 1931 se producen cambios en la forma de dominación capitalista sometidos al resultado de las diferentes pugnas internas tanto entre sectores de la burguesía como entre la clase dominante y el proletariado. Es necesario destacar que en 1934 la clase obrera intenta tomar el poder en España. Los acontecimientos durante el periodo republicano derivaron en una situación revolucionaria que es frenada con la intervención de fuerzas fascistas extranjeras en la guerra nacional revolucionaria de 1936 a 1939, durante la cual a pesar del heroísmo del Partido Comunista no se formuló una estrategia que enlazase acertadamente la lucha contra el fascismo con la cuestión del poder y que se saldó con la derrota del movimiento obrero.
La disolución de la Internacional Comunista en 1943 impactó en la propia estrategia de PCE, que luchaba en unas duras condiciones de clandestinidad e intensa represión, lo que dificultó el desarrollo regular del Partido.
El movimiento comunista internacional orientó la lucha contra el franquismo en claves de revolución democrática, concebida como una etapa intermedia entre capitalismo y socialismo-comunismo, lo que en la práctica no confirmó la conquista del poder por parte de la clase obrera.
Durante el franquismo, el Partido Comunista de España encabeza la oposición obrera y popular con una rica combinación de formas de lucha, siendo miles los militantes comunistas asesinados, torturados, encarcelados y exilados.
A corriente de las posiciones aprobadas por el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, las posiciones oportunistas en el seno del PCE ganan terreno en la dirección del PCE bajo la política de “reconciliación nacional” y que continuaría con el eurocomunismo, negando los principios básicos del marxismo-leninismo y el papel del partido obrero revolucionario de nuevo tipo.
La reestructuración del capitalismo en España a finales de los cincuenta con el apoyo de EE.UU abre paso a una creciente lucha de masas y sindical, con el nacimiento de Comisiones Obreras, en las que el PCE tiene un papel fundamental para su constitución y desarrollo.
La “ruptura democrática” amparada en la fallida estrategia de revolución por etapas y el eurocomunismo da paso a un abierto compromiso con sectores de la burguesía que apostaban por una reordenación del capitalismo en España en un sistema de dominación asumible por la Comunidad Económica Europea y Estados Unidos. La aceptación de la monarquía y la bandera rojigualda, la firma de los Pactos de la Moncloa y la Constitución de 1978 son el resultado de la hegemonía del revisionismo en la dirección del PCE durante la Transición española.
En los ochenta, la reconversión industrial y la privatización de empresas estatales destruyeron las fuerzas productivas en España y las conquistas obreras sin la oposición de un PCE que abiertamente había sido neutralizado en el plano ideológico, político y organizativo. En el marco político internacional, España ingresa en las estructuras imperialistas de la OTAN y la Comunidad Económica Europea.
El proceso de mutación del PCE fue enfrentado por una fuerte resistencia interna que sin embargo no fue capaz de derrotar los planes liquidacionistas. El Congreso de Unidad de los Comunistas en 1984 intenta frenar la diáspora provocada por la destrucción del PCE, bajo el impulso del PCUS y abrazado a una estrategia por etapas. La contrarrevolución en la URSS y otros países socialistas entre 1989 y 1991 supone un duro golpe para el movimiento comunista, cuya ola contrarrevolucionaria en España estuvo a punto de liquidar al PCE en su XIII Congreso, y supone asimismo una grave crisis en el PCPE, reducido a una mínima expresión y fuertemente penetrado por posiciones ajenas al marxismo-leninismo.
El capitalismo español desde 1995 a 2008 tuvo una fase de crecimiento general hasta el periodo 2008 a 2014, donde se libraron duras luchas de resistencia obrera y se da la canalización de las protestas por la pequeña burguesía en el movimiento 15M.
En el seno del PCPE, desde el IX Congreso en 2010 se clarifica una estrategia revolucionaria contemporánea, que posteriormente acabaría con el deslinde organizativo por el que surge el Partido Comunista de los Trabajadores de España en 2019, como superación por un lado de la supeditación a la socialdemocracia y por otro lado, de los viejos errores del pasado, las formas de radicalismo pequeño burgués y el izquierdismo artesanal.
Redacción NR