Una vez finalizado el engendro del “permiso retribuido recuperable”, que obligará a los trabajadores hacer las horas no realizadas durante estas dos semanas, hoy lunes vuelven al trabajo millones de trabajadores asalariados. En sectores como el de la construcción o la industria no considerada como “esencial”, se reanudarán las jordanas de trabajo a pesar del evidente riesgo que ello representa para la salud de los trabajadores.
La decisión la toma el gobierno del PSOE y Unidas Podemos sin contar siquiera con el aval de su comité de expertos y sin presentar un criterio científico que la justifique. Es lógico que así sea, ya que la vuelta al trabajo no está respaldada por un criterio sanitario claro y fundamentado, sino por la lógica capitalista, y en esta priman los beneficios de la patronal por encima de la salud de la clase obrera y del pueblo.
Poco importa al gobierno de coalición socialdemócrata el evidente riesgo que supone la concurrencia masiva a los servicios de transporte público, con la aglomeración de personas en horas punta. Ante este más que evidente peligro de contagio, con el probable repunte en el número de infectados, el Gobierno responde prometiendo repartir mascarillas (ahora sí, antes no) y publicando una “Guía de buenas prácticas” que en nada obliga a la patronal y que, en lo concreto, resulta imposible de corroborar (cuando no de aplicar) su efectiva puesta en práctica.
Nuevamente, las decisiones que toma el ejecutivo de Sánchez ponen en evidencia su marcado carácter de clase, mostrando ante los ojos de millones de trabajadores que, en el capitalismo, los gobiernos se limitan a ser juntas que administran los negocios, y por tanto los intereses, de la burguesía.