De nuevo estamos convocados a las urnas. El próximo 26 de mayo, además de elecciones municipales y autonómicas, celebraremos elecciones al Parlamento Europeo. El Partido Comunista de los Trabajadores de España concurre a ese proceso electoral con una propuesta de ruptura con la Unión Europea radicalmente enfrentada a la postura de los diferentes partidos capitalistas. Somos el partido del NO a la Unión Europea.
¿Qué es la Unión Europea? Conviene comenzar respondiendo a esta pregunta. La UE es, en esencia, una unión entre estados de carácter imperialista. Desde sus propios inicios esa alianza de países capitalistas persiguió tres objetivos que hoy continúan vigentes. En primer lugar, oponerse a la Unión Soviética y a los países socialistas del centro y del este de Europa. En segundo lugar, contener al movimiento obrero y facilitar la explotación de los trabajadores y trabajadoras en el interior de los países miembros. En tercer lugar, favorecer los intereses de las grandes empresas europeas en la exportación de capitales a terceros países, en el espolio de sus recursos, defendiendo los intereses de los monopolios europeos frente a otras potencias imperialistas.
¿Se puede reformar la Unión Europea? Los partidos capitalistas socialdemócratas y de izquierda, defenderán en campaña una “Europa social”, esto es, la reforma de la UE en un sentido progresista. Se trata de una utopía y, por tanto, de un engaño. La Unión Europea no puede reformarse en beneficio de los pueblos. Puesto que nació para oponerse al socialismo-comunismo, está enfrentada de raíz a cualquier propuesta de emancipación social. Puesto que nació contra el movimiento obrero, su papel en la lucha de clases resulta evidente: destruir los derechos laborales y sindicales haciendo más eficaz e intensa la explotación capitalista. Puesto que es una alianza imperialista, su actividad se dirige al saqueo de terceros países y a garantizar ese espolio por medios militares. Por tanto, quienes hablan de una “Europa social” mienten con el objetivo de atrapar a los trabajadores y trabajadoras en un laberinto sin salida.
¿Existen contradicciones en el seno de la UE? Por supuesto, la base del capital y de las grandes empresas sigue y seguirá siendo nacional. Eso, como hemos visto, no impide que entre los distintos países capitalistas se establezcan alianzas. Pero esos acuerdos se establecen conforme a la fuerza y el capital de cada país, lo que motiva diferentes intereses entre aliados. A su vez, en el seno de esos países también existen contradicciones en el seno de la clase dominante, entre sus distintas fracciones. El mejor ejemplo de ello es el Brexit, en el que un sector de los capitalistas británicos ha optado por un cambio de alianzas que implica la ruptura con la Unión Europea. Otro ejemplo de esas contradicciones es la propuesta de distintas fuerzas europeas de extrema derecha que, representando a sectores del capital, cuestionan hasta cierto punto la Unión Europea, llegando en algunos casos a proponer la salida de sus respectivos países desde posiciones nacionalistas. El caso de Vox en España es paradigmático. Sus posiciones nada tienen que ver con nuestra propuesta de ruptura, pues representamos intereses de clase contrapuestos y radicalmente enfrentados.
¿Qué tipo de ruptura con la UE proponemos? Nuestra propuesta de ruptura no se limita a la UE. Los comunistas proponemos romper con todas las alianzas imperialistas en las que han embarcado a nuestro país. Proponemos romper con la UE y proponemos romper con la OTAN, por ejemplo. Pero esa ruptura implica necesariamente un cambio en el poder. La ruptura con la Unión Europea y con el resto de organizaciones imperialistas es parte inseparable e imprescindible en el proceso de construcción de un país para la clase obrera. Sin un cambio de clase en el poder no habrá ruptura con la Unión Europea o, esa ruptura, servirá a los capitalistas y será igualmente reaccionaria.
Por lo tanto, nuestra propuesta de ruptura es una propuesta programática de carácter estratégico que implica debilitar las alianzas tejidas por los capitalistas españoles en nuestra contra y en contra de los trabajadores y trabajadoras de otros países. El proceso de lucha por una España socialista-comunista, esas alianzas deben ser pulverizadas. Y ese proceso ya ha comenzado. Por tanto, el apoyo a la propuesta de ruptura del PCTE significa, en lo inmediato, debilitar a los capitalistas que nos explotan, fortaleciendo a la clase obrera en la perspectiva de un cambio de la clase en el poder.
En el momento actual, el desarrollo de las fuerzas productivas permite satisfacer las necesidades de nuestro pueblo. Nadie debería carecer de una alimentación adecuada, de una vivienda digna, del acceso a la educación y la cultura, de un sistema sanitario, de trabajo o de una pensión digna. Sólo existe un obstáculo: el sistema capitalista en que vivimos, en el que toda la producción se dirige a seguir enriqueciendo a un puñado de multimillonarios a costa de nuestro trabajo. La riqueza se concentra, un puñado de familiar cada vez tienen más, mientras que una inmensa masa social cada vez cuenta con menos para sobrevivir.
Ese sistema se asienta, exclusivamente, en la propiedad privada de las empresas, en la propiedad del capital. Por tanto, eso es lo primero que debemos cambiar. En el proceso de lucha por un país para la clase obrera, por un país para la mayoría, la propiedad de las riquezas que producimos debe volver a nuestras manos, debe ser propiedad social. Por tanto, en la España que proponemos los sectores básicos de la economía estarán en nuestras manos, serían propiedad estatal bajo control de los trabajadores y trabajadoras, en cuyas manos se encontrará la dirección de una producción que se dirigirá a satisfacer las necesidades sociales y no a enriquecer a un puñado de parásitos.
Sólo sobre esa base es posible hablar de soberanía. Nuestra industria (minería, siderurgia, naval…), nuestro campo, nuestro sector pesquero, etc. han sido arrasados tras el ingreso de España en la Unión Europea, en el que los capitalistas y los diferentes estados se reparten el negocio, como decíamos, en función de su fuerza. No se puede hablar de soberanía sin hablar de nacionalizar los sectores estratégicos de la economía. Queremos una España en la que los trabajadores decidan qué, cómo y cuánto se produce. Cuestiones que ahora deciden exclusivamente los capitalistas que actúan a través de sus lobbies en la UE para condicionar el conjunto de sus decisiones.
Queremos una España alejada de los conflictos entre las grandes potencias y de la guerra imperialista, porque vivimos tiempos complejos en los que las grandes potencias se han lanzado de forma desenfrenada a un nuevo reparto del mundo que implica el riesgo de una nueva guerra capitalista generalizada. No queremos que gran parte de la riqueza que producimos sea destinada a esa guerra. No queremos que nuestros hijos e hijas sean carne de cañón en ese tipo de guerra. Por tanto, nos oponemos frontalmente a toda participación española en alianzas militares imperialistas. Nos oponemos al Euroejército y a la OTAN, queremos un país libre de bases militares norteamericanas, fuera del Escudo Antimisiles, por el que no transite armamento ni tropas dirigidas a agredir a otros pueblos. Queremos un país que proclame su amistad con los trabajadores y trabajadoras de todos los países, con todos los pueblos del mundo. Nuestro suelo, nuestro mar y nuestro aire deben de ser espacios cerrados a los planes militares de las potencias imperialistas.
¿Nos acompañas? Esas son algunas de nuestras propuestas, orientadas al avance hacia la España que queremos construir, un país para la clase obrera, un país socialista-comunista. No es un camino fácil, lo sabemos sobradamente. Pero es el único camino. Tu apoyo a la propuesta de ruptura del PCTE es un primer paso, tu voto al PCTE en estas elecciones europeas nos ayuda a caminar, porque debilita los planes de la Unión Europea contra nosotros, porque debilita a los capitalistas que nos explotan, porque ayuda a forjar una alternativa obrera y popular a la dictadura empresarial. Porque, al fin y al cabo, acerca el país para la clase obrera por el que luchamos y fuera del cual no hay futuro para los trabajadores y trabajadoras.