Nuevo Partido Comunista de los Países Bajos: «El nuevo Gobierno es leal a las estructuras imperialistas de la UE y la OTAN y a sus planes de guerra»

Nuevo Rumbo entrevista al Nuevo Partido Comunista de los Países Bajos (NCPN), partido que, junto con el PCTE y otros tantos, forma parte de la Acción Comunista Europea (ACE). Las elecciones de noviembre de 2023 en ese país arrojaron la victoria de la extrema derecha de Geert Wilders y, tras meses de negociaciones para una dificultosa conformación de gobierno, Dick Schoof asumió en julio el cargo de primer ministro. Con la retórica antiinmigración y las propuestas xenófobas de Wilders como uno de los temas candentes en el país, en línea con el avance de la extrema derecha en toda Europa, entrevistamos al NCPN para conocer la situación de Países Bajos al calor de los últimos acontecimientos.

Nuevo Rumbo: Los Países Bajos son un país del que no se habla mucho en España. ¿Qué situación política y económica estáis viviendo allí?

NCPN: La situación económica y política en los Países Bajos es la típica de un país en el que el sistema capitalista ha «sobremadurado», en el que se presentan las condiciones objetivas para el socialismo. Países Bajos es una nación capitalista industrializada, muy modernizada. Tras la Segunda Guerra Mundial, los trabajadores neerlandeses, al igual que los trabajadores de otros países, pudieron reivindicar mejores condiciones de vida debido a distintos factores: la fuerza de la clase obrera; de su partido, el Partido Comunista de los Países Bajos; sus sindicatos de clase; etc. Pero también por la existencia del socialismo en la URSS y Europa del este.

Con las contrarrevoluciones en la URSS y los países socialistas de Europa del Este, los ataques a los derechos de los trabajadores cobraron un nuevo impulso. La sanidad y la educación se han convertido en mercancías y no en derechos, y reinan los actores privados a expensas de las personas. La vivienda se ha vuelto un gasto insostenible para muchos trabajadores, sometidos a la llamada «flexibilización» en forma de contratos temporales y de una abolición de facto de la jornada laboral de ocho horas. Se estima que la inflación permanecerá en el 3 % en los próximos años, disminuyendo los ingresos de las personas. Cada día se destruye el bienestar social dentro del marco de las regulaciones de la UE y el Gobierno, los cuales resaltan el «coste» de este bienestar.

A nivel político, nuestro país ha vivido recientemente algo de desestabilización. En nuestras últimas elecciones parlamentarias se produjo una gran victoria de la ultraderecha, en especial del PVV (Partido de la Libertad) de Geert Wilders, que utilizó el comprensible enfado del pueblo por sus condiciones para desviar y dirigir ese enfado hacia los inmigrantes y refugiados, lo cual exonera, de forma temporal, a los auténticos culpables de la miseria que sufren. Por supuesto, este nuevo Gobierno continúa la senda de sus predecesores al destruir los derechos de las personas mientras intensifica la militarización, los mecanismos de represión en las estructuras policiales y de seguridad y la represión ideológica.

Al mismo tiempo, vemos surgir cada vez más huelgas y protestas. Por ejemplo, en 2023 hubo 52 huelgas, la mayor cantidad en 50 años. La mayoría de ellas se dan en la industria, pero también hay sectores nuevos en los que los trabajadores hacen huelga, como los trabajadores de centros de día y los de las farmacias. El movimiento obrero sigue siendo débil, de todas formas, lo que también se debe a la falta de sindicatos de clase y de un NCPN fuerte. Hay también un movimiento de solidaridad con el pueblo palestino relativamente fuerte, que ha conseguido éxitos, como una huelga en la Universidad de Ámsterdam y miles de personas manifestándose en las calles contra la masacre del pueblo palestino.

NR: En medio de esta situación, como bien decíais antes, echó a andar en julio el nuevo Gobierno. Casi 6 meses después, ¿qué balance hacéis del nuevo gabinete? ¿El Gobierno actual sigue toda la línea de los Gobiernos anteriores? ¿En qué se basa su política?

NCPN: El nuevo Gobierno de ultraderecha rompe en algunos aspectos y políticas con los Gobiernos anteriores, pero en su mayor parte sigue el mismo camino. Ya en el VII Congreso del NCPN concluíamos que la política «keynesiana» anterior, de intervención estatal, que había elegido la burguesía neerlandesa para aliviar la crisis solo era un presagio de nuevas medidas de austeridad. Este nuevo Gobierno refleja la necesidad del sistema capitalista de aliviar la falta de rentabilidad con dichas medidas de austeridad.

En términos de medidas concretas, este Gobierno es un desastre para el pueblo. Con él, la burguesía recibe importantes exenciones fiscales. La protección para los trabajadores y los desempleados ha disminuido. El próximo año habrá enormes medidas de austeridad en sanidad y educación por un mayor gasto en la maquinaria de guerra. El nuevo Gobierno es leal a las estructuras imperialistas de la UE y la OTAN y a sus planes de guerra. Se está intentando inflar y empeorar la llamada «crisis migratoria» con nuevas leyes que destruirán los derechos de los inmigrantes y empeorarán sus condiciones, lo cual supone en buena medida una continuación del Gobierno anterior, pero la escalada de ataques a los derechos y la falta de voluntad –aun bajo el capitalismo– para aliviar estos problemas, aunque sea mínimamente, constituyen en cierta forma desarrollos novedosos. Otras políticas, por ejemplo en la agricultura, generan algunas contradicciones con la política de la UE, ya que parte de la base social del nuevo Gobierno son los grandes capitalistas agrícolas, que incluso tienen su propio partido, que forma parte de la coalición de Gobierno.

En resumen, este Gobierno refleja la podredumbre creciente de este sistema y la necesidad de derrocarlo y construir una sociedad nueva en la que los trabajadores, el pueblo, tengan de verdad el poder sobre sus vidas.

NR: Nos gustaría hablar también del ámbito internacional. De hecho, sabemos que el antiguo primer ministro, Mark Rutte, acaba de convertirse en el nuevo Secretario General de la OTAN. ¿Cómo valoráis esta decisión? ¿A qué creéis que responde?

NCPN: No es la primera vez que la burguesía neerlandesa ha tenido el «honor» de enviar a uno de sus representantes como Secretario General de la OTAN. El hecho de que Mark Rutte sea ya el cuarto (!!) subraya los lazos importantes del capital neerlandés con la OTAN, que es una unión imperialista y sirve al interés de los monopolios de los distintos países capitalistas que se vinculan a su destino. Esto sirve a la burguesía neerlandesa, dado que refuerza la posibilidad de las empresas neerlandesas de aumentar su competencia con monopolios rusos o chinos, mientras también fortalece su alianza en el bloque euroatlántico. Al mismo tiempo, un Secretario General neerlandés garantiza la influencia de la burguesía del país en el seno de esta importante unión imperialista. Para la clase obrera neerlandesa, el pueblo neerlandés, sin embargo, en un contexto de aumento del riesgo de una guerra generalizada, crece el peligro de que nuestro país se convierta en víctima de represalias y ataques.

NR: ¿Y qué papel está desempeñando el NCPN en la lucha contra todas estas políticas del nuevo Gobierno?

NCPN:  El NCPN está actualmente en fase de «reagrupamiento». Estamos ganando influencia en distintos ámbitos, pero de manera constante. Desde nuestro último congreso, el NCPN ha comenzado a construir sus estructuras locales en distintas ciudades y provincias; hemos intensificado nuestras actividades en el sindicato, en los distintos movimientos de masas por una vivienda mejor, el antirracismo y antifascismo, la paz, etc. Nuestra Juventud, la CJB, tiene una base sólida en distintas universidades y el movimiento estudiantil a lo largo y ancho del país. Nuestro papel como NCPN es romper con la ilusión que las personas tienen en los partidos burgueses de todo el espectro. Organizar a los trabajadores, estudiantes y demás en sus centros de trabajo, sus barrios, sus escuelas y universidades, contra la destrucción de sus derechos sociales, contra las medidas de austeridad, contra la división de las personas que hace este Gobierno a través del racismo. El NCPN apoya a todos los trabajadores en huelga por mejorar sus salarios y sus condiciones laborales.

NR: Por último, sí que consideramos que es justo reivindicar el primer aniversario de la Acción Comunista Europea (ACE), donde participamos tanto el PCTE como el NCPN. ¿Qué valoración realizáis de esta estructura?

NCPN: En nuestra experiencia, la ACE nos ha ayudado en nuestro intercambio de posiciones e información. Nos ha ayudado a conseguir claridad ideológica contra el reformismo, el socialchovinismo y otras posiciones oportunistas, pero también sobre distintas cuestiones de importancia como la cuestión de la degradación ambiental, el antifascismo, etc. La ACE nos proporciona material y contribuciones de los distintos partidos comunistas, lo que ofrece a todos nuestros miembros información y perspectivas valiosas.

Ello, en nuestra opinión, constituye la base para una mayor cooperación entre los distintos partidos comunistas de Europa que forman parte de la ACE. Aunque nuestro movimiento siga pasando por una crisis y un reagrupamiento, creemos que la ACE puede desempeñar un papel positivo en ayudarnos mutuamente a superar esta crisis. Esperamos que una colaboración aún más sólida de nuestros partidos pueda desempeñar también un papel positivo en ello.

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