Contra todo y contra todos. Acerca de los sucesos en la Universidad de Granada

El pasado jueves se vivieron momentos de verdadera tensión en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada. Los estudiantes se movilizaron contra la presencia de la ultraderechista Macarena Olona y sus acólitos, que bajo la excusa de la libertad de expresión, se dedicaron a provocar a la comunidad educativa y al conjunto de participantes en la concentración.

Fueron varios los convocantes de la movilización, destacando el papel que el Frente de Estudiantes jugó en primera línea contra los insultos y agresiones de los ultraderechistas y de la Policía Nacional. Los seguidores de Olona – todos bastante crecidos, canosos y alopécicos para ser universitarios – comenzaron las provocaciones a los manifestantes que pacientemente trataban de impedir la llegada de la ultraderechista. Una hora más tarde llegaba la exdirigente de Vox a la Universidad escoltada por decenas de policías, hecho cuanto menos relevante al no tener condición de diputada desde que renunciara en agosto a su acta en el Parlamento Andaluz. La líder ultraderechista entró en la Facultad de Derecho y se digirió directamente contra los estudiantes, a los que insultó e incluso llegó a agredir. En ese momento, los antidisturbios – lejos de separar a Olona de los jóvenes – cargaron contra los manifestantes. Han sido varios los compañeros que denuncian agresiones de la Policía y adláteres de Olona. Los vídeos que circulan en las redes sociales son clarividentes, en ellos se puede ver cómo los antidisturbios sacaron a varios estudiantes agarrados por el cuello, poniendo en peligro su integridad física al obstruir la vía aérea durante algunos minutos. Afortunadamente no hubo ningún herido de gravedad.

El conflicto se ha viralizado en Twitter, desatando una ola de solidaridad y apoyo del pueblo trabajador. La ultraderecha y sus medios – con Javier Negre al frente de la campaña anticomunista – han señalado a los estudiantes públicamente, animando a agredirles y perseguirles por sus ideas. El cachorro de Negre, Vito Quiles, ha compartido a través de su canal de Telegram fotografías e información privada sobre los manifestantes. En el canal se puede llegar a leer incluso amenazas dirigidas contra los jóvenes estudiantes.

Entretanto, la Universidad de Granada hizo público el viernes un tibio comunicado en el que equipara a la banda de ultraderechistas y reaccionarios de Olona con estudiantes que defienden la Educación Pública. La rectora, Pilar Aranda, y su equipo de gobierno, son responsables de esta situación: desde el primer momento se conocían las intenciones de Macarena Olona y el Rectorado pudo haber evitado la escalada de tensión de los últimos días. Sin embargo, desoídas las demandas de la comunidad educativa, los estudiantes tuvieron que movilizarse y asumir ellos mismos la tarea de proteger la universidad frente a los discursos de odio más reaccionarios y ultraderechistas. Bajo la excusa del derecho a libertad de expresión se permite todo: ¿qué pensará la Universidad de Granada sobre la persecución, señalamiento y criminalización de determinados colectivos como los menores migrantes o las mujeres por parte de Macarena Olona? ¿Acaso estos discursos deben tener espacio en la universidad pública?

Los acontecimientos del 15 de septiembre son un punto de inflexión para la lucha no sólo de los estudiantes en Granada, sino en todo el país. El 15 de septiembre se demostró, por la vía de los hechos, que la única fuerza en disposición de parar a la ultraderecha es la clase obrera organizada, en este caso sus hijos e hijas, bajo parámetros clasistas y revolucionarios.

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