El 11 de mayo, de este tremendo año 2022, recibíamos la noticia del asesinato de la periodista palestina Shireen Abu Akleh en Yenín (Cisjordania). El caso de Shireen ha sido especialmente mediático por ser ella periodista, y porque a pesar de que iba identificada como tal (chaleco y casco de prensa) el ejército israelí disparó igualmente. Así, en los últimos 20 años ya van más de 50 periodistas palestinos asesinados por mismas razones, y otros miles de palestinos de otros oficios asesinados, reprimidos, encarcelados por el Estado de Israel. Y es que, aunque los medios de comunicación españoles no lo reflejen a diario en nuestros periódicos e informativos, la cuestión palestina está siempre ardiente.
Hace poco intercambiaba con un compañero de trabajo cómo puede ser que en algunos países donde las cosas están más complicadas, donde la lucha de clases implica jugarse la vida, donde la represión y la corrupción están tan arraigadas en la propia estructura del sistema económico, social y político del país, donde el asesinato de luchadores obreros y populares está casi normalizado… cómo puede ser que en estos países la clase obrera y los sectores populares luchen sin desfallecer, luchen hasta las últimas consecuencias, sin rendirse, por muy lejana que, en algunos momentos, puedan sentir la meta hacia la que caminan.
Y es que el pueblo palestino es ejemplo precisamente de esto. Décadas de ocupación, desplazamientos forzados, persecución, represión, discriminación, segregación, asesinatos, destrucción de casas, escuelas y hospitales… y siguen hacia adelante, aunque ello implique muy serios riesgos. Pero es que la dignidad también es eso, es mirar fijamente al enemigo de clase en cada momento, en este caso al estado de Israel, pero también a la Unión Europea, a la OTAN, a tu jefe, a la reacción, a los paramilitares… y no tener dudas de que estás en el camino correcto.
En ese camino correcto, al lado de la clase obrera, al lado de Palestina, al lado de Cuba y de tantos otros pueblos que resisten al imperialismo, al lado de los luchadores obreros y populares en todos los países del mundo, que desafían el capitalismo, que se oponen al reparto del mundo, que les duele la represión, encarcelamiento y asesinatos como propios, y que se organizan como clase obrera, en ese camino estamos los comunistas practicantes de un consecuente y firme internacionalismo proletario.