El pasado mes de noviembre el PCTE celebró su II Congreso, coincidiendo con el Centenario de la fundación del PCE como Sección Española de la Internacional Comunista. Y sonará a tópico, pero ha sido un congreso histórico para la lucha emancipatoria de las mujeres trabajadoras.
El Congreso ha supuesto un antes y un después en cuanto al trabajo como comunistas hacia el sector femenino de nuestra clase. Hemos debatido largo y tendido durante meses un Manifiesto-Programa en las células de base donde se marcan los primeros pasos para desarrollar, de manera consciente y consecuente, la organización con carácter de clase de las mujeres trabajadoras.
¿Y cuál es esa organización tan necesaria? Pues aquella en la que las mujeres de la clase obrera toman las riendas de su destino y deciden luchar de manera unida y colectiva en favor de sus intereses, que no son más que los intereses de todo el pueblo trabajador.
Las comunistas tenemos claro a quién nos dirigimos, y es a un tipo de mujer concreta. Nosotras no nos andamos con medias tintas y tenemos claro quienes son las nuestras y quienes no lo son, y sabemos quién, evidentemente, se va a organizar en torno a un proyecto de clase para defender sus derechos y quién va a seguir defendiendo a quienes nos explotan para seguir enriqueciéndose.
Ha llegado el momento de dirigirnos a las trabajadoras. A todas aquellas mujeres de la clase obrera que saben que no tienen nada que ver con la mujer que las explota; con la mujer que paga en negro por hacer las tareas del hogar; con la mujer que la despide si se queda embarazada; con la mujer que está en la cúspide de la pirámide capitalista.
Nosotras no hablamos de sororidad, porque entendemos que no hay mayor antagonismo que la mujer trabajadora y la mujer burguesa y es imposible que nos unamos en tanto que nuestros intereses son completamente opuestos. Nosotras hablamos de solidaridad entre los de nuestra clase, porque las trabajadoras tenemos mucho más en común con el obrero que está en huelga en Cádiz o Pontevedra por sus derechos y sus puestos de trabajo que con Marta Álvarez Guil, presidenta de El Corte Inglés, con un ERE a más de 4000 personas, donde las más afectadas son mujeres.
Y es por ello por lo que las comunistas hacemos un llamamiento a las trabajadoras a organizarse. Porque somos las trabajadoras las que sufrimos de una manera más acentuada la condición opresiva y explotadora del capitalismo, algo que se viene agudizando con la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
Somos millones de mujeres en este país que sentimos en nuestras propias carnes el malestar social por nuestra condición de clase y por nuestro sexo, y cada día que pasa somos más golpeadas por la barbarie capitalista. Y se debe ser consciente de que ninguna reforma en la legislación burguesa, por muy progresista que sea, mejorará un ápice nuestras condiciones de vida, porque mientras el poder siga estando en manos de los de siempre, la mayoría, es decir, el pueblo trabajador, seguiremos pasando penurias.
Y solo con nuestra organización, con la lucha común de los hombres y las mujeres de la clase obrera, podremos acabar con los privilegios de los explotadores, podremos enfrentarnos hasta la victoria contra aquella clase poseedora y que nos explota día tras día.
Ya es hora de disponerlo todo para hacer realidad nuestros sueños. Para luchar por un país para los trabajadores y trabajadoras donde todo lo decidamos. Ya es hora de organizarnos en torno a nuestro propio proyecto sin tutelas ni custodias.