La memoria es el recuerdo colectivo del pueblo. El lugar donde se concreta nuestra relación con el pasado. Si hablamos de mitos nacionales y la memoria hay que tener claro que se construyen con un objetivo claro: reforzar una idea, un propósito presente. Para ello se adorna lo que avergüenza, se endulza lo amargo, se blanquea lo negro y lo que es más importante, se falsea lo necesario.
Nuestra historia se manipula desde hace años y en los últimos meses el aniversario de tres hechos históricos ha generado un profundo debate social. El gobierno, en este caso del PSOE, ha hecho pequeños guiños a páginas de nuestra historia para intentar modificar el relato en su favor. Gestas de esas que en otros países adornan calles y monumentos y que aquí, casi 70 años después y en gran parte gracias a las políticas socialdemócratas, entierra el silencio y el desprecio.
La reivindicación del PSOE de los fusilamientos de las “13 rosas”, la liberación de París y los españoles presos en los campos nazis ha provocado un profundo debate. Es puro cinismo que el gobierno saque pecho de esos rojos españoles que cruzaron la “Porte d’Italie” para liberar París del nazismo y que diga que defenderían la Constitución del 78. Son muchas legislaturas despreciando el heroico papel “de la Nueve”, a su memoria y a la lucha antifascista, y un tweet soluciona muy poco. Han jugado también al despiste con la Juventud Socialista Unificada y al reivindicar la memoria de las “13 rosas”. El colmo de la tergiversación de las reivindicaciones de asociaciones por la memoria es la publicación en el BOE de los españoles muertos en los campos nazis. Algo que tenía pleno sentido hace años y que ahora queda como un gesto vacío ya que la mayoría de los familiares directos, supervivientes o víctimas han muerto.
No nos engañemos, no quieren homenajear. Han sido gestos falsarios, obscenos y donde se ha omitido todo lo necesario para apropiarse de una memoria de la que renegaban hasta hace bien poco. No han querido resarcirse. El PSOE, durante años, ha gobernado para olvidar y ahora busca falsear para endulzar sus políticas actuales, ese es el rol que ha asumido. Es difícil olvidar que el torturador “Billy el niño” sigue gozando de impunidad y honores, como tantos otros.
Las que cayeron en el cementerio de la Almudena, los que cruzaron París para poder liberar también Madrid y los que se dejaron la vida en cada uno de los 182 escalones de Mauthausen, eran de los nuestros y es nuestra memoria.