Este 1º de Mayo de nuevo el empuje de la clase obrera ha llenado las calles al llamamiento de los sindicatos de clase. Un 1º de Mayo que este año ha estado muy mediatizado por coincidir políticamente entre la celebración de dos momentos electorales, y que ha estado preñado de discursos electorales que en ocasiones eclipsaron la propia jornada de lucha obrera.
La nueva y vieja socialdemocracia en nombre de la izquierda, con su gran influencia dentro de los aparatos de todas las organizaciones sindicales (mayoritarias, minoritarias, nacionalistas, etc.) han copado con su discurso una parte importante del espacio de lucha obrera que debe ser el 1º de Mayo. Llamamientos a rebato a votar a la izquierda para frenar a la derecha sustituyeron en demasiadas ocasiones los necesarios llamamientos a organizarse y combatir por la mejora concreta de las condiciones de vida y de trabajo.
La necesaria crítica al Gobierno de Pedro Sánchez quedó minimizada, y los incumplimientos flagrantes en materia laboral, de pensiones, de sanidad o de educación, lejos de situarse por el movimiento sindical de clase en consignas claras de denuncia y exigencia se vieron transformados en llamamientos a un voto acrítico de esperanza en unas instituciones que, supuestamente, si fueran gobernadas por lo que denominan izquierda mejoraría nuestra calidad de vida.
Paralelamente, la constante amenaza de una extrema derecha, que enarbola como bandera los sueños más lascivos de una burguesía que sueña con arrodillarnos para obtener su lucro sobre el incremento de nuestra miseria, era utilizada para intentar tapar la responsabilidad de esa misma izquierda que con sus incumplimientos constantes hacen que la clase obrera tenga muy difícil diferenciar qué es eso de la izquierda y qué es eso de la derecha.
Derecha es no garantizar el derecho al trabajo ni la prestación por desempleo. Derecha son las ETTs. Derecha es congelación salarial, no salir de la OTAN o no tener garantizada una pensión digna ni una vivienda. Derecha es que se dilapide la Seguridad Social o haberse inventado el IPREM para que las subidas del SMI queden limitadas en su aplicación real. Derecha es bajar las cotizaciones patronales a la Seguridad Social, o bajar el IRPF y subir el IVA. Derecha es mantener el concordato con el Vaticano o no hacer efectivo el derecho a una educación pública, laica y democrática. Derecha es lo que llevan haciendo sin excepción todos los gobiernos que se han sucedido en España desde la muerte del dictador.
Izquierda es gobernar al dictado de los intereses de la clase obrera y los sectores populares mejorando sus condiciones de vida y de trabajo y garantizando derechos conquistados, a la vez que cuando se encuentran dificultades para seguir adelante apoyándose en las propias fuerzas del trabajo y con su legitimación atreverse a afrontar lo necesario para avanzar.
Por eso, hay que decirle a esa izquierda que viene al 1º de Mayo y al movimiento obrero a por votos que no se trata de meter el discurso electoral en el 1º de Mayo si no el 1º de Mayo en el discurso electoral y en la práctica de gobierno. Pero contra lo que diga tanto ingenuo, sinvergüenza o cobarde, sólo con un Partido Comunista fuerte en nuestro país se puede alcanzar ese objetivo. El objetivo de un país para la clase obrera.